Historia de París
La historia de París comienza con su fundación por la tribu celta de los Parisii. Durante toda su historia ha sufrido revueltas y revoluciones.
Primeras etapas
La historia de París comienza alrededor de 259 a. C. con su fundación en la orilla derecha del Sena por parte de la tribu celta de los Parisii. Este primer poblado de pescadores cayó en poder de los romanos, que en el año 52 a. C. fundaron una ciudad llamada Lutecia.
La ciudad cambió su nombre por el de París solo en el siglo IV. Durante esta época resistió a la invasión de Atila y, según la leyenda, gracias a la providencial intervención de Santa Genoveva (patrona de la ciudad).
Clodoveo, rey de los francos, ubicó en ella su capital en el año 508. En el 987 se instaló la dinastía Capeta que perduró hasta el año 1328.
París ganó importancia a lo largo del siglo XI, gracias al comercio de la plata y por encontrarse dentro de la ruta de peregrinos y comerciantes.
Revueltas y rebeliones
A principios del siglo XII los estudiantes y profesores se enfrentaron a la autoridad episcopal y consiguieron la creación de una corporación “universitas”. Luis IX concedió a Robert de Sorbon la fundación de La Sorbona. Desde entonces París se convirtió una ciudad universitaria.
Durante el siglo XIV París vivió tres revueltas: la Rebelión de los Comerciantes de 1358 (con Etienne Marcel al frente), la Revuelta de los Maillotins de 1382 (con los ciudadanos en contra la subida de impuestos) y la de 1413 de Caboche (encabezada por los comerciantes). Esta serie de rebeliones formaron parte de la conocida Guerra de los Cien Años.
Además de los conflictos que provocaron millares de muertes, la capital francesa, que en el año 1328 había sido la ciudad más poblada de Europa, vio diezmada su población por culpa la peste negra. Después de la guerra de los Cien Años, París estaba devastada y Juana de Arco no logró liberar la ciudad de los ingleses y de sus aliados (los bourguignons).
La ciudad siguió creciendo de manera desordenada, aunque la corte residía en el valle del Loire. Solo en 1528, el entonces rey Francisco I estableció oficialmente su residencia en París y la ciudad pasó a ser la más grande de Occidente.
El día 24 de agosto de 1572, tuvo lugar el asesinato en masa de protestantes (hugonotes) –trágico evento histórico conocido como la Matanza de la noche de San Bartolomé– organizado por los reyes franceses. Las matanzas siguieron por meses en varias ciudades.
En este mismo año, Marguerite de Valois, hermana del rey de Francia, se casó con Henrique de Navarra (jefe de la dinastía de los hugonotes), quien prometió reducir los conflictos. Sin embargo, en 1588 los católicos franceses se enfrentaron al rey Henrique III en el Día de las Barricadas. El rey fue asesinado y Henrique de Navarra se sentó en el trono.
En 1648 ocurrió el segundo Día de las Barricadas, cuando la población se levantó en contra del rey, debido al empobrecimiento general del pueblo. Este suceso marcó el inicio de la “Fronda”, una serie de guerras civiles que tuvieron lugar en el país entre 1648 y 1662. Quince años después, el Rey Luis XVI decidió trasladar la corte a Versalles.
El declive de la monarquía
Consecuencia de la Fronda, la pobreza se difundió en cualquier esquina de la ciudad. Al mismo tiempo, la corriente de pensamiento vigente en aquel entonces era la Ilustración, cuyos principios se basaban en la razón, la igualdad y la libertad.
La pobreza junto con las nuevas ideas ilustradas –estas últimas promovidas por filósofos y literatos como Voltaire, Rousseau, Diderot o Montesquieu– crearon las bases de aquel deseo de igualdad socio-económica que llevó el pueblo francés hacia la Revolución y al declive de la monarquía de derecho divino.
El 14 de julio de 1789 los parisinos asaltan la fortaleza de la Bastilla, símbolo del absolutismo monárquico, y el 3 de septiembre de 1791, fue aprobada la primera Constitución de la historia de Francia, que dejó al rey solo el poder ejecutivo y el derecho de vetar las leyes aprobadas por la Asamblea Legislativa.
El 10 de agosto de 1792, las masas asaltaron el Palacio de las Tullerías, y la Asamblea Legislativa suspendió las funciones constitucionales del rey. El nuevo parlamento abolió la monarquía y proclamó la República. Como consecuencia, el 17 de agosto de 1795 se aprobó una nueva Constitución, que confería el poder ejecutivo a un Directorio.
París de Napoleón
La nueva Constitución encontró la oposición de grupos monárquicos y jacobinos. Diferentes revueltas tuvieron lugar en París, todas reprimidas por el ejército.
Sin embargo, el 9 de noviembre de 1799 el ejército no conseguió reprimir la rebelión del general Napoleón Bonaparte, quien derrocó el Directorio e instaló un Consulado.
En quince años de imperio napoleónico, París vivió una época de gran expansión: se agrandó la plaza del Carrusel, se construyeron dos arcos del triunfo, una columna, la Bolsa y algunos mercados y mataderos.
Las Guerras Napoleónicas –y con ellas el Imperio de Napoleón– finalizaron el 20 de noviembre de 1815, tras la derrota final en la batalla de Waterloo y el Segundo Tratado de París de 1815.
Expansión urbanística
Después de la derrota de Napoleón, Francia vivió un momento difícil de mucha inseguridad política, hasta que el golpe de estado de 1851 llevó al poder a Napoleón III, quien en 17 años de gobierno promovió el crecimiento urbanístico de París.
Con la llegada de Napoleón III y la presencia del barón Haussmann como prefecto de la ciudad, París tuvo un momento de cambio en su estructura urbanística: se reconstruyó el centro, se destruyeron sus muros y se expandió el territorio metropolitano.
El 28 de enero de 1871 París fue conquistada por las tropas prusianas y pocos años después (a finales del 1800) se proclamó la Tercera República. Con el nuevo gobierno empezó una época de crecimiento económico para París, que promovió a la construcción, en 1889, de la Torre Eiffel, símbolo de la ciudad conocido a nivel internacional.
La época contemporánea
A partir del siglo XX inician muchos cambios para la capital, con la reconstrucción de diferentes áreas de la ciudad en muchos casos dañadas por las dos guerras mundiales.
En la Primera Guerra Mundial la ciudad resistió a los numerosos bombardeos, mientras que, en el 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, fue ocupada por los nazis, aunque los parisinos consiguieron oponerse y liberaron la capital el día 25 de agosto de 1944.
En la guerra con Argelia, París volvió a convulsionarse con violentas manifestaciones contra la guerra y numerosos atentados de las OAS (Organización del Ejército Secreto).
Se conoce como mayo del 68 a la serie de protestas que tuvieron lugar en París durante los meses de mayo y junio de 1968. Fue la mayor revuelta estudiantil de la historia de Francia y, posiblemente, de Europa occidental.
Uno de los últimos acontecimientos en la capital fue la revuelta de marzo de 2006, cuando los estudiantes salieron a la calle para protestar contra la reforma del mercado laboral.
En noviembre de 2015 París fue protagonista de un trágico suceso: los ataques terroristas en la capital y en su suburbio de Saint-Denis en los que murieron 137 personas y otras 415 resultaron heridas.